Mejora haciendo peticiones

¿Estáis habituados a hacer peticiones o recibirlas? Las peticiones, por lo general surgen cuando necesitamos algo del otro, cuando nos falta algo o cuando necesitamos ayuda para obtenerlo. Por ejemplo: “Para hacer este proyecto necesito que me ayudes en la parte de análisis de datos” o “Me apetece ir contigo al cine esta noche, ¿me acompañas?”

 

Laver ConsultoresParece sencillo pero en muchas ocasiones nos cuesta pedir. Pensemos en qué es lo que nos impide hacer peticiones claras y directas. Algunos de los motivos pueden ser: evitar mostrar al otro nuestra vulnerabilidad, evitar que el otro nos diga que no o que se moleste y un tercer motivo puede ser el hecho de pensar en posibles consecuencias negativas ante nuestra petición. Actuando así, somos nosotros mismos los que nos damos el no, nos cerramos posibilidades y no damos opción al otro a que responda (ya sea con un sí o con un no). Parece que resulta más fácil de aceptar ser nosotros los que nos demos una negativa antes que lo haga otro.

Y ¿de qué manera podemos mejorar?

  • Dejando a un lado nuestros miedos e inseguridades y dando la opción a que sea el otro quien nos responda (ya sea con un sí a secas, con un sí y que además nos pida algo a cambio o con un no). En definitiva, lancémonos a la piscina y atrevámonos a pedir cuando necesitemos algo del otro.

  • Haciéndolas en un contexto adecuado, por lo tanto, es importante que busquemos espacios y momentos propicios para hacerlas y para darles su lugar. Por ejemplo: No es lo mismo que le hagamos una petición a un compañero entre pasillos y cuando está en mitad de una conversación telefónica que pedirle tener una conversación de un cuarto de hora en su despacho para plantearle un tema.

  • Hacerlas de una forma abierta, clara y directa. Es importante que conectemos con lo que estamos necesitando y desde ese lugar hablemos al otro de una manera clara y directa para que también pueda entender nuestra petición. Por ejemplo: En una conversación entre compañeros de un mismo Departamento uno le dice al otro: “Estoy súper liado y agobiado, mañana he de entregar el proyecto A al cliente B y no sé si lo voy a tener listo.” La persona que lanza el mensaje, tiene la expectativa de que el otro va a captar que necesita su ayuda y que se ofrecerá gratuitamente a echarle una mano. Pero eso no es lo que sucede y cuando termina su trabajo, coge y se marcha a su casa. En este caso, podéis ver claramente como no hay una petición clara y directa. Siguiendo con el mismo ejemplo, otra opción sería: “Mañana he de entregar el proyecto A al cliente B, voy muy liado y necesito que me eches una mano y me ayudes en la parte de análisis de datos. ¿Es posible?” En este caso, la petición sí que es clara y directa, la persona que la hace es capaz de declarar que necesita ayuda y especifica en qué necesita que el otro le preste su ayuda.

  • En el momento que hagamos una petición es importante que verifiquemos cuáles van a ser las condiciones de satisfacción de la forma más detallada posible (plazos y especificaciones). Por ejemplo, imaginaros a un Área Manager que le pide a uno de sus colaboradores que le prepare un informe para presentar en el Sales Meeting. En este caso, hay una petición (preparar informe) pero el Área Manager no le ha hablado de cuáles son las condiciones que ha de tener el informe (cómo ha de ser, qué características ha de tener y en qué plazo ha de presentarse) para estar satisfecho y asegurarse del compromiso de la otra persona. Pienso que es importante que hagamos el ejercicio de dejar de asumir que el otro nos ha entendido y ha captado qué es lo que queremos y así nos evitaremos sorpresas.

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