No son nuevas las malas praxis de algunos profesionales para conseguir clientes presentando productos y servicios con condiciones que, a primera vista, resultan muy atractivas pero que no son sino tapaderas de fraudes y engaños.
No obstante, lo que en muchos sectores es algo, afortunadamente, ocasional, en materia de asesoramiento y consultoría de protección de datos empieza a ser un riesgo a tener muy en cuenta por parte del empresario que no quiera ser objeto de estas estafas.
Hasta hace muy poco se desveló como ilegítima una actividad que los asesores y consultores profesionales en materia de protección de datos no dejábamos de denunciar, como era la práctica de muchas empresas, supuestamente, de formación que ofrecían a las empresas clientes la posibilidad de desarrollar la implantación de LOPD “a coste 0”, justificándola como gastos formativos bonificables con cargo a los créditos por cotización de la empresa. Esta práctica, ilegal e ilegítima, al fin saltó a la luz a través de un comunicado de la Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo alertando de este fraude masivo e informando de la puesta en marcha de procesos de comprobación y mecanismos de control de las bonificaciones practicadas en esta materia, con el resultado de que las empresas que se bonificaran por la contratación de servicios de implantación, auditoría y asesoría jurídica en materia de LOPD, deberían devolver los importes correspondientes y atenerse a las actuaciones pertinentes del Servicio Público de Empleo Estatal y la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. Es más, se hizo un llamamiento público por la propia Fundación y en colaboración con la Asociación Profesional de Consultores de Protección de Datos, que actualmente sigue activo, para que las empresas que recibieran dichas ofertas falsamente formativas, pudieran denunciar estas actividades.
También la propia Agencia Española de Protección de Datos se vio obligada a alertar a la ciudadanía de otra práctica ilegal que la implicaba directamente, ya que se habían detectado diversas entidades que enviaban comunicaciones a empresarios utilizando denominaciones similares a la de la propia Agencia, con el objeto de inducir a engaño al Responsable del fichero, mediante la utilización indebida del logotipo de la AEPD, membretes que simulaban requerimientos de la Agencia o la utilización de escritos cuyos formatos son similares a los enviados por la agencia Española de Protección de Datos. Todo ello venía seguido de la visita de una empresa que se hacía pasar por un profesional en materia de protección de datos para realizar la implantación al empresario, que casualmente, había recibido el requerimiento de sanción días antes.
A toda esta casuística de fraudes, debemos añadir la especial atención que se debe prestar a aquellos “profesionales” en materia de protección de datos que presionan al empresario con amenazas de denuncias ante la AGPD sino suscribe la prestación de sus servicios; obtienen información de la empresa con la que coaccionan al empresario para que les contrate la implantación de la LOPD; presentan al Responsable del Fichero largos y complejos contratos de mantenimiento en materia de protección de datos asegurando una adecuación que nunca llega, y un sinfín de prácticas que desprestigian el sector pero, sobre todo, ponen en jaque a aquellas empresas, habitualmente, empresarios individuales y Pyme’s, que no tienen otra voluntad que la de cumplir con lo que dicta la Ley Orgánica 15/99 de Protección de datos de carácter personal.
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En definitiva, hay que ser especialmente cauto en los tiempos que corren, por lo que no podemos dejar de aconsejar que aquel empresario que quiera iniciar el proceso legal de adaptación a la LOPD debe ser muy analítico con las ofertas que se le presenten, contrastar los servicios y profesionalidad de la asesoría y consultoría con la que vaya a contratar, no dejarse deslumbrar por grandes promociones o gratuidad de productos, ya que muchas veces éstos vendrán acompañados de un servicio vacuo que no le adapta a la norma como era su voluntad, y llegando, en muchos casos, a acarrearle sanciones.